La estructura organizativa de Valco se basa conscientemente en un modelo organizativo diferente, al que llamamos el Modelo del Esbirro™. No es una broma, sino un enfoque radicalmente teórico y coherentemente construido hacia el comportamiento organizacional.

Los expertos son el problema – y los consultores

Nuestro punto de partida es simple: los problemas de la mayoría de las empresas comienzan porque tienen demasiados expertos.

Los expertos son peligrosos porque llevan consigo las “mejores prácticas”. Ellos creen que las cosas deben hacerse “correctamente”, mientras que nosotros creemos que deben hacerse primero, y luego pensar en lo que se hizo.

Los más peligrosos son los consultores. Especialmente aquellos que usan corbata en el trabajo.

Ellos se dedican a difundir malos modelos de operación que han aprendido en corporaciones y universidades y tratan de aplicarlos de la misma manera en cada empresa.

El objetivo final del consultor es homogeneizar: hacer que todas las organizaciones, procesos y personas sean intercambiables entre sí. Porque no sabe hacer otra cosa.

Resultado: un mundo lleno de empresas que se ven, suenan y se sienten igual – y por eso todas son igual de deprimentes. Excepto Valco.

Esbirro: unidad de aprendizaje

El Modelo del Esbirro es la culminación de la genialidad y se basa en inexperiencia conscientemente construida.

Su unidad básica no es el experto, sino el esbirro – una persona cuya competencia principal es la capacidad de intentar cualquier cosa, sin entender aún nada.

El esbirro es una pizarra en blanco. No tiene métodos, prejuicios ni ni siquiera una idea clara de lo que está haciendo. Por eso es peligrosamente eficaz. Actúa, falla y aprende – generalmente en ese orden.

Sin modelos de operación ni las cadenas de la experticia, los esbirros se adaptan a la situación como el agua a un recipiente: según sea necesario, incluso en una secta religiosa o una unidad paramilitar en las guerras corporativas del fin del mundo.

Filosofía del esbirrismo y base teórica

El Modelo del Esbirro se basa en una lógica de gestión simple: si todos solo hacen lo que saben, nunca sucede nada nuevo.

El núcleo teórico del Modelo del Esbirro se apoya en el concepto de plasticidad profesional – la capacidad psicológica del individuo para estirarse hacia una tarea para la cual no tiene ninguna competencia.

En otras palabras: cuanto menos sabes, más aprendes, y cuanto más incertidumbre, mayor es la probabilidad de inventar accidentalmente algo que nadie había planeado.

Por eso damos a las personas tareas que nunca han hecho. Un esbirro de atención al cliente puede de repente convertirse en un esbirro gerente de ventas, y Hannes de mantenimiento puede terminar manejando desarrollo de productos en China en chino. Esto no es caos. Esto es aprendizaje – mal gestionado y aleatorio, pero aprendizaje al fin.

Si alguien tiene éxito, se registra como un proceso.
Si alguien falla, se registra como una historia.
Ambos son valiosos, pero solo uno termina en el boletín.

La especialización está permitida – pero es inútil

Por supuesto, en una organización de expertos internacional como Valco, debe haber personas con especialización. Alguien sabe programar, otro es un mago del sonido y el firmante es un amante increíble.

Sin embargo, eso no cambia nada. El esbirrismo no es una profesión, sino un estado existencial.

El conocimiento previo es principalmente ruido de fondo que oculta lo esencial: la capacidad de reaccionar a lo que sucede cuando nadie sabe lo que está sucediendo.

Esto asegura que nadie tenga tiempo de arraigarse en su zona de confort y el trabajo mantiene una dosis saludable de desesperación constante y llena de pánico.

Esa desesperación es el combustible más importante para la innovación: el momento antes del colapso es a menudo cuando surge algo que, sorprendentemente, funciona. O no funciona, en cuyo caso se aprende algo nuevo.

Gestión en el modelo del esbirro

La tarea más importante de un líder es soportar que todo esté, por así decirlo, patas arriba.

Un poco como el perro del cómic de KC Green que se convirtió en meme en medio de un incendio – excepto que el perro está tranquilo porque entiende que esto es un negocio normal.

En el corazón de la filosofía de gestión del Modelo del Esbirro está la idea de que en Valco no realmente queremos liderar o guiar.

Los esbirros son dirigidos en situaciones donde las personas son llevadas a ser fusiladas o forzadas a extraer sal de una roca. Nosotros generalmente no hacemos ninguna de las dos, así que esta empresa realmente no se gestiona en el sentido estricto de la palabra.

Se necesita dirección cuando hay personas alrededor que no entienden lo que están haciendo o necesitan hacer algo estúpidamente contraintuitivo.  Un poco como en la administración pública. Nosotros no contratamos personas tontas.

En Valco se asume que las personas saben cómo avanzar hacia un objetivo común, aunque nadie esté seguro de cuál es exactamente.

El rol del líder no es mandar sino existir. Como una entidad física y mental que responde preguntas y actúa como una fuente inagotable de conocimiento, sabiduría y claridad absoluta. Es fácil hacer que una empresa funcione exitosamente cuando solo irradias luz de razón a tu alrededor.

Quien no pueda hacerlo, que se vaya a trabajar para el municipio.

Si el líder no está disponible, por ejemplo, de juerga en Sudamérica el modelo no se detiene. Los esbirros recurren al aprendizaje entre pares y a la difusión silenciosa del conocimiento, es decir, a que alguien recuerde haber oído algo que tal vez esté relacionado con el asunto.

Así, el conocimiento circula orgánicamente y las decisiones se toman en una niebla colectiva que ha demostrado ser sorprendentemente eficaz.

Palabras finales

El Modelo del Esbirro no es para todos, pero funciona para nosotros porque obliga a pensar y hacer al mismo tiempo. Nos impide estar demasiado seguros de nada y garantiza que no se cree burocracia o modelos de operación rígidos ni por accidente.

Honestamente, también funciona porque no sabemos o nos molestamos en hacer otra cosa.  Valco fue fundada desde el principio principalmente como una broma – y de paso accidentalmente como una empresa que conquistará el mundo. El caos es estrategia, el error es aprendizaje, y la risa es el único sistema de gestión que tenemos en uso.

Y cuando alguien inevitablemente pregunta: “Si son tan buenos, ¿por qué no son una empresa más grande?”

La respuesta es simple: compren más auriculares.